Páginas

jueves, 13 de octubre de 2011

Dia festivo

Hoy era dia de embajada. Festivo vaya. En vez de chandal, pantalones de pana y camiseta gris. Treinta y cuatro grados. Aunque es dia de embajada, festivo vaya, no hay visita a la embajada. Ni siquiera un paseito por el consulado. Directos al numero dos de Lebuh Pasar Besar, como buenos forasteros.

Al llegar, con categorica educacion y con respiracion entrecortada, nos ofrecen unas "visa applications" y cordialmente nos piden que rellenemos todos los espacios vacios comodamente sentados a una mesa corrida entapetada de rojo carmesi.

La coloreada y diversa fauna congregada en la planta del nuero dos de la Lebuh Pasar Besar, espera su turno pacientemente. Calma.

Tras veinte minutos, nos dirigimos de nuevo, al mostrador de informacion. Entregamos una fotocopia del pasaporte, un par de fotos y nuestras applications en mayuscula. Con categorica educacion, la descendiente de los Sabah, en el lado oscuro de la fuerza, saca su espada laser. Parece que cuatro grapas son las extrictamente necesarias para evitar que las fotos se extravien. Despues de ocho grapazos y cuando nos disponiamos a unirnos al resto de la manada, sin preguntar, nos comenta que en el noventa y nueve por ciento de los casos, el Alto Comisionado Indio deniega el visado turista al extranjero que no labora o reside en Malasia.

Y medito con pavor, ante la posibilidad de que Dark Vader lea mi mente; "no era mas sencillo ofrecer esta informacion, en el mostrador de informacion, antes de liarnos con los formularios o incluso antes de triturar nuestros retratos".

Menos mal que siempre nos quedara Bangkok.

Por mucho apoyo que muestre a la paracaidista neonlitica en sus creencias, no esta hecha la pana para ser lucida en Kuala Lumpur, y mucho menos si no ha cumplido su cometido. Asi que regresamos a la cueva. Al llegar, probablemente un vastago Sarawat, con extrema meticulosidad pinta de naranja internacional el dormitorio que habitamos, sin sacar los equipajes internacionales y sin mover las camas.

Es mas, mientras lo hacia, un camarada internacional, dormia serenamente respirando los vapores derivados. Y no puedo dejar de meditar con pavor; "no era mas sencillo, dejar una nota, en el mostrador de la entrada, antes de abrir la puerta esta mañana".

Menos mal que siempre nos quedara Bangkok.

No hay comentarios:

Publicar un comentario