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sábado, 13 de agosto de 2011

Trilogia Quejotesca. Novelas pastoriles [12_08_2011]

Novela ejemplar pastoril I

[Actores principales; la madre, el increible Hulk, su hijo y una sandia]

Todo comienza un soleado dia de Agosto en la ciudad de Pingyao, quizas la mejor conservada ciudad amurallada de China. Es todo lo que uno espera del pais. Construcciones bajas, cubiertas de teja negra con la clasica forma curva en las esquinas, patios interiores, ventanas de madera, gente por la calle, y por supuesto una muralla de ladrillo oscuro de por lo menos 7 metros que la circunvala. Dentro aunque todo te pueda llevar a pensar que por fin estas en China, solo hay tiendas de recuerdos, locales que ofrecen dudosos masajes, muchos restaurantes para turistas chinos y alguno con aire occidental que no acaba de encajar, pero que las guias de viaje consiguen mantener. Con esta prespectiva y ante la necesidad de cenar, siempre es preferible salir al exterior, lamentablemente, por oro lado, para comprobar que sigues en la horrenda nueva China de las zonas de crecimiento de las grandes ciudades [y no tan grandes].

Nada mas cruzar la puerta este, una furgoneta sin capota llena de melones. Una señora de mediana edad esta sentada en la acera, pensando, seguro, en la calidad de las viviendas de nueva construccion que su pais ofrece. El increible Hulk encima de la furgoneta ordena las sandias, por lo visto es el hijo. Con cautela, siempre, nos acercamos al puesto ambulante, señalo una y con el mitico gesto pregunto el precio. La dama dice un monton de cosas mientras pondera el preciado mangar con una rudimentaria e inexacta balanza, 6 kilos. Ofrezco un boli al increible Hulk para que me escriba lo que su progenitora ha dicho, no sabe escribir. La madre recoge el testigo y apunta, 6 yuanes [70 centimos de euro al cambio]. El increible Hulk introduce la sandia en una bolsa de plastico mientras ella intenta retornarme los cuatro yuanes para completar la transaccion.

Posiblemente, aunque solo posiblemente, sea la unica vez que no nos han intentado engañar en China. Le devuelvo el cambio por su honestidad y en agradecimiento. Pura felicidad.

Al dia siguiente despues de disfrutar de la ciudad, acudimos al mismo lugar a por nuestra dosis de fruta. La yanotandama sigue pensando sentada en la acera. Breve intercambio de gruñidos con su increible Hulk. Señalo una sandia de la misma forma que el dia anterior, el increible Hulk da unos golpecitos con su increible dedo y considera que mi eleccion no es acertada. Agarra un melon mas pequeño y se lo da a la madre.

Lo pesa, casi 5 kilos. Piensa. Le ofrezco el boli y el papel. Piensa. Se gira para tener mejor apoyo sobre alguna superficie dura de la parte de atras de la furgoneta y me devuelve el papel. 10 yuanes. Increible. Yo soy el mismo, ella la misma, su hijo un poco mas Hulk, la sandia mas pequeña.

He colapsado el sistema.


Novela ejemplar pastoril II

[Actores principales; elementos inanimados del paisaje]

De lo mejor que se puede hacer en China es viajar en tren. En cada vagon litera, como mucho caben 60 personas. Uno pracicamente viaja solo.

14 horas de relax entre Xi'an y Chengdu. Pequeños pueblos de casas bajas, terrazas de arroz, campos de maiz, campesinos con el sombrero conico, capas superpuestas de montañas que se van perdiendo en la lejania y que debido a la niebla parece que no emergen de la tierra, por fin China, menos mal. Aire acondicionado, noddles instantaneos para comer, ventanas cristalinas y butaca en primera fila, sol y sombra. Pura felicidad.

A mitad de trayecto, aparece, empotrado en la pared, lo que parece un templo. Cubierta de teja ceramica esmaltada amarilla, curvada en las esquinas, viejos muros granates decolorados en naranjas y estructura de madera increible, compuesta por una serie de columnas inclinadas que apoyadas en algunas repisas de la propia pared ayudan a soportar el templo. En las misma pared infinidad de nichos excavados rellenos con esculturas de buda.

El sol cayendo, intensifica los colores. Solo dura unos pocos segundos pero es perfecto.

Sin despegar la mirada de la ventana y esperando que aparezca algo mas, sucede lo extraordinario, aparece algo mas.

El mismo sol cayendo intensifica el color rojo de tres cupulas [una en construccion] de unos 80 metros de diametro a diferentes niveles dentro de un complejo industrial enorme, gigante, inabarcable de un solo vistazo. demasiado grande para ser algo bueno. Chimeneas cilindricas, tuberias haciendo imposibles recorridos, escalerasmetalicas grises que como parasitos alcanzan todo el complejo y nadie a la vista.

Todo esto, segun comprobamos al rato, a escasos kilometros de la ciudad de Guangyan.

Un rapido vistazo a la guia que mantiene llenos los locales con aire occidental en Pingyao nos saca de dudas.

El templo colgante que se veia, llamado, Huangze, esta dedicado a Wu Zetian, la unica emperatriz en la historia de china durante la dinastia Tang [conocida sobre todo por sus polvos para dar sabor al agua]. Las tres enormes cupulas pertenecen al complejo mas grande existente en China para el tratamiento de plutonio en uso armamentistico. La dinastia Tang construye un templo inmortal. El secretario general del partido comunista chino y tambien ingeniero hidraulico construye una planta productora de plutonico para uso armamentistico igualmente inmortal.

Una al lado del otro.


Novela ejemplar pastoril III

[Actores principales; la madre que le pario, el niño cabron y pareja simpatica de viejitos chinos]

Que son otras 26 horas de solitaria felicidad en tren... nada. De nuevo todo comienza con un soleado dia de Agosto. Ya es de dia, hace tres horas que el vagon esta en marcha, los niños cada vez que pasan delante de nuestro compartimento compartido con otros cuatro turistas chinos siguen gritando "jelou jelou", hace un rato que dejamos de oler a instant noodles y el resto del vagon come pipas y patas de gallina de aperitivo.

Esta vez lo que me sorprende al otro lado de la ventana son los espantapajaros orientales. Exactamente iguales a los occidentales; pantalon vaquero, camisa a cuadros [tipo leñador], guantews amarillos desgastados, pero, en vez de cabeza de trapo, gastan un paraguas. Los japaritos, sin duda, saben que estan en China, no hay nada dejado al azar, la identidad es la identidad. Bucolico.

Y como no pude ser de otra forma en medio de la felicidad... sucede algo.

En el compartimento compartido con seis literas sin puerta, mama se ausenta un momento.... el niño cabron, subido en su litera, aprovecha el descuido, se baja los pantalones, no entiendo muy bien porque [la chavaleria por aqui lleva calzas abiertas por el tiro para en caso de necesidad evacuar sin mancharse], coge una botella vacia y decide llenarla con total tranquilidad. Mama vuelve y el pequeño cabron que tonto no es, se da cuenta que lo que esta haciendo no es normal. Se le corta el meote. Mama lejos de una reprimenda ,le dice alguna cosita suave [inentendible] por no traumatizarle y no da mas importancia al acto. Claro, el pollito con la conciencia tranquila, y ahora libre cargos, todavia encima de la litera, absuelta la culpa y la presion de su vejiga... se mea con total impunidad en plan chorrito de botijo... eso si, siempre sonriendo, sin sufrimiento. A mama no le convence lo sucedido y con un pañuelito de papel que moja con saliva frota encima de la colcha y supongo que con la saliva magica seca el charquito. Al rato abandonan del tren.

A las dos horas se sube una parejita de ancianitos chinos. Organizan su equipaje. La botella sigue en la mesa. El coge la botella y gracias supongo, a la herencia de nuestra evolucion, la tira a la basura. Sin embargo, se descalza, coloca los zapatos en el pasillo, se quita el cinturon, se desabrocha el pantalon, lo dobla cuidadosamente, se desabotona la camisa alba impoluta y vestido tan solo con unos calzoncillos de anciano internacional blancos y una camiseta internior damartermolactil se acuesta en la litera.

Todos recibimos nuestro bautismo de una forma u otra.

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