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jueves, 3 de noviembre de 2011

Singapore, por Phileas Fogg

Al dia siguiente , a las cuatro de la mañana, el Rangoon, habiendo ganado media jornada sobre su horario, fondeaba en Singapur para renovar su provision de carbon.
Phileas Fogg inscribio la ventaja en la columna de las ganancias, y esta vez descendio a tierra acompañando a mistress Aouda, que habia manifestado el deseo de pasear durante algunas horas [1].

Ese mismo dia, a las 11 de la mañana, el autobus rojo de linea de la compañia SJE, habiendo perdido treinta minutos sobre el horario previsto, abandonaba la isla de Singapore tras cruzar la frontera, rumbo Johor Bahru.
El joven Eliseo manoseo "El nombre de la rosa", y si, esta vez se dispuso a devorarlo acompañando a mistress Clara, que habia manisfestado el deseo de leer "La vuelta al mundo en ochenta dias", durante las siguientes horas, hasta Bangkok.

La isla de Singapur no es grande ni de aspecto imponente. Le faltan montañas, o, mejor dicho, perfiles. De todas maneras, es bella dentro de su pequeñez. Es un parque cortado por caminos hermosos. Un caprichoso vehiculo, tirado por esos elegantes caballos importados de Nueva Holanda, transporto a mistress Aouda y a Phileas Fogg entre macizos de palmeras de verde follaje y de plantas de clavo, cuya especia es el boton de la flor. Alli los arbustos de pimienta reemplazan a los setos espinosos de los parques europeos; los saguteros, helechos gigantes de soberbio follaje, varian constantemente el aspecto de esta region tropical; los arboles de moscada, con sus hojas barnizadas, saturaban el ambiente de penetrantes aromas. No faltaban en los bosques bandas de agiles monos chillones, ni tigres en los cañaverales. A quien se asombre al saber que en esta isla, tan pequeña relativamente, esos carniceros no han sido destruidos por completo, les responderemos que vienen de Malaca atravesando a nado el estrecho [1].

[Recordando y disfrutando de la profusion palmeril circundante]. La renovada isla de Singapore ya tiene perfiles... muchos, cientos quizas, de noventa, o mas pisos. Y es bella dentro de su desmesura. Es un parque cortado por carreteras agradables y vehiculos molestos. Un hermoso metropolitano, transporto al joven Eliseo y a mistress Clara entre la oscuridad superlativa terrestre, disfrutando en cada parada de las mas sofisticadas formas de mercadotecnia, provocando la tension interna por no existir equilibrio entre lo requerido y lo poseido. Sublime mecanismo. Saturaba el ambiente ligero aroma de fragancia recien pulverizada. Es verdad que en los bosques no faltaban bandas de agiles y chillones monos aunque ni en el safari nocturno de jungla secundaria se puede ver hoy dia, tigres salvajes entre cañaverales.

Despues de haber recorrido la campiña durante dos horas, mistress Aouda y su compañero, que miraba sin ver, regresaron a la ciudad, vasta aglomeracion de casa bajas, rodeada de jardines donde crecen mangostas, ananas y todos los mejores frutos del mundo [1].

[Recordando y disfrutando de la profusion palmeril circundada]. Despues de recorrer el "Mount Faber Loop" y de admirar el "Henderson Wave Bridge" durante la dura mañana monzonica, mistress Clara y su compañero, que no dejo de observar, regresaron a la ciudad para deleitarse con el nuevo complejo Marina Bay Sands; el increible, en el interior, pene tripodado y el deslumbrante, de fachada, ArtScience Museum...
Aunque lo mas increible de la mistica jornada fue el repentino reencuentro con el olvidado desfibrilador suizo y un nuevo visionado con perspectiva, del estanque Lily lleno de nenufares, siempre de Monet.

Y dijo Bertrand Russell "Ser capaces de llenar el ocio de una manera inteligente es el ultimo producto de la civilizacion".

[1] Transcrito directamente de "La vuelta al mundo en ochenta dias" de Julio Verne.

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