De regreso nocturno al abrigo es inevitable no caminar.
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De camino al abrigo nocturno es inevitable no atravesar ciertos pasadizos, callejones, pasajes... corredores urbanos. Lineas vacias, de seccion rectangular [cuya dimension vertical es siempre superior a la horizontal], que taladran la metropoli, permitiendo el avance sin retroceso y la pausa contra la pared.
Estimuladas por la clepsidra revitalizada tras la inundacion, se convierten en otro Aleph.
Pero es este un Aleph discontinuo, todos los instantes del universo no quedan contenidos en un punto... es geometricamente absurdo y materialmente imposible. Solo se reconocen algunos, anacronicos y no sincronicos.
Comprendida la casualidad y su mecanismo, dos opciones, penetrar el umbral y descubrir, o detenerse y esperar. El vagar presentara la sucesion de puntos, apuestas en tapete verde no interpretable, durmiertes sobre tejido divan de descolorido color, arroz blanco neonlitico faunofamiliar sin tenedor, fruticida en carreta no ambulante, vendedora de sepia asada empalada, taciturna costurera infatigable en su labor maquinando a mano, trasnochado viajero cojeante con la Madre Teresa tallada en el hombro izquierdo y el Che en el derecho, amputado anciano flautista sentado incredulo ante el ciego anciano flautista andante... El aguantar es gestionado por la accion puntual, el atonito paso del manchado cebu guiado, la mujer lastrando liquido usado oxidado despareciendo tras la cancela, la dresina rebosante de baules enmaromados demandante de paso, la joven equilibrista de osos de peluce rosas, el dulce hacedor de dulces zumos de granada, el ciego anciano flautista andante reconociendo al amputado anciano flautista sentado...
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Pasada la medianoche es paisaje.
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De camino al abrigo nocturno es inevitable no atravesar ciertos pasadizos, callejones, pasajes... corredores urbanos. Lineas vacias, de seccion rectangular [cuya dimension vertical es siempre superior a la horizontal], que taladran la metropoli, permitiendo el avance sin retroceso y la pausa contra la pared.
Estimuladas por la clepsidra revitalizada tras la inundacion, se convierten en otro Aleph.
Pero es este un Aleph discontinuo, todos los instantes del universo no quedan contenidos en un punto... es geometricamente absurdo y materialmente imposible. Solo se reconocen algunos, anacronicos y no sincronicos.
Comprendida la casualidad y su mecanismo, dos opciones, penetrar el umbral y descubrir, o detenerse y esperar. El vagar presentara la sucesion de puntos, apuestas en tapete verde no interpretable, durmiertes sobre tejido divan de descolorido color, arroz blanco neonlitico faunofamiliar sin tenedor, fruticida en carreta no ambulante, vendedora de sepia asada empalada, taciturna costurera infatigable en su labor maquinando a mano, trasnochado viajero cojeante con la Madre Teresa tallada en el hombro izquierdo y el Che en el derecho, amputado anciano flautista sentado incredulo ante el ciego anciano flautista andante... El aguantar es gestionado por la accion puntual, el atonito paso del manchado cebu guiado, la mujer lastrando liquido usado oxidado despareciendo tras la cancela, la dresina rebosante de baules enmaromados demandante de paso, la joven equilibrista de osos de peluce rosas, el dulce hacedor de dulces zumos de granada, el ciego anciano flautista andante reconociendo al amputado anciano flautista sentado...
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Pasada la medianoche es paisaje.
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