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viernes, 22 de abril de 2011

Desfibriladores suizos

Andabamos ayer por Berna, llevabamos todo el mochilote [ya que veniamos de Basilea e ibamos para Zurich]. Por supuesto una mente lucida [no la mia] decidio dejar el mochilote en la estacion de tren para despues de la visita prevista al Zentrum Paul Klee volver a reunirnos con ella y no llevarla encima todo el dia.

En fin, que ibamos desahogados solo con las camaras, yo personalmente sin mucho entusiasmo, ya que habiamos dejado atras Basilea, caminando la nada despreciable distancia de 5 kilometergelds cuando en medio del campo [porque lo que habia alrededor de ese camino de tierra era campo] vemos un cartel estupendo que no sabemos lo que dice. Encima habia una tabla con 3 tijeras de esas de cortar flores, las de podar de toda la vida.

Como en tres surcos de 50 metergelds habia mas o menos 1000 tulipanes [a ojo] de todos los colores, formas y dimensiones [por aqui andamos escasos de ñ, para tamaño]. Todo nos parecio muy bucolico ya que el campo estaba muy cerca del museo y la verdad es que quedaba muy bien y habiamos acabado la pateada y hacia buen tiempo y habiamos comido algo... ademas esta gente tiene todo verde verde verde...

Total que una Bernadinense, muy tipo alemana, muy tipo comic de Asterix, gordita, mofletes, falda, sonrisa y sombrerito para sol, deja unas moneditas encima de la tabla, agarra unas tijeritas de podar y se corta unos tulipanes, en dos minutitos acaba, deja las tijeras encima de la tabla y se va tan pancha, sin ni siquiera plantearse cortar mas tulipanes de los que habia pagado y sin ni siquiera plantearse cortar tulipanes sin pagarlos y sin ni siquiera llevarse los euros que otras mozalbetas habian dejado antes que ella.

No pasa nada, porque hoy en una cabina de telefonos, cabina de telefonos, en Zurich por si a alguien le da un apreton al corazon despues de esta poco creible [aunque cierta] historia puede meterse unas descargas con un desfibrilador, si si, en una cabina de telefonos un desfibrilador para casos de emergencia, en una cabina de telefonos. De lo mas natural oye, rompes el cristal, llevas el desfibrilador hasta el agonizante y le metes 3 o 4 descargas desde el cariño y el respeto, eso si bajo la atenta supervision de un telecomunicador que te va dando las instrucciones de uso.

No te digo nada el tio que robe el dinero que se encuentre encima del cartel de los tulipanes en Berna y llame por telefono desde Zurich... la que puede armar el colega.

2 comentarios:

  1. Me da pena oir esta historia. Pena y una envidia horrible... me gustaría que mi País fuera tan educado...

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  2. Me gustaría ver a alguno a las 5 de la mañana en Logroño, pasando por delante de una cabina con desfribilador.
    Lo que no haya hecho en un contenedor de basuraaa

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