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lunes, 27 de junio de 2011

Monzon

Y claro despues de ochenta dias de impecable sol e idilicas temperaturas, en Seul, probablemente la mejor ciudad en la que hayamos estado [con permiso de Basilea y Copenhague], empezo a llover. Pero no a llover, se ha resquebrajado el cielo y han bajando los siete jinetes del apocalipsis con las fuerzas de Uruk hais de Sauron y las tribus mongolas y turco mongolas de Genghis Khan.

Lleva seis dias lloviendo, no lloviendo, diluviando. Sin parar.

Es normal a estas altura de año, los habitantes de la ciudad ni se inmutan, y nosotros [claro, que remedio] tampoco, porque la ciudad ni colapsa, ni se atasca, ni se inunda, ni se ensucia y a veces ni se moja. El paraiso.

Considerada por la Unesco, capital del diseño en 2010, han modificado con gran acierto su "skyline", y tambien su "landline". La ciudad habia crecido demasiado en las ultimas decadas, comunicaciones, infraestructuras, servicios, aglomeraciones... habia que reciclar.

Claro que podria haber sido solo algo propagandistico o turistico, pero no. Ademas de la infinidad de nuevas areas ajardinadas, proyectos arquitectonicos, redes de comunicacion, rehabilitacion, recuperacion en los margenes de los canales... proliferan los comercios y empresas dedicadas al diseño de producto.

Y lo mejor es que todos los objetos estan hechos made in Korea. Esa es la gran diferencia, no made in China.

Por encima de todos estos articulos, sin duda, el mejor, es la salchicha. Pero saben mucho asi que le ponen un palito redondo en medio, como si fuese un chupa chups. Y como saben demasiado, la recubren de patatas fritas [de las de verdad], con explendida capa. Y para que quede bien compacto, la sumergen en un baño de tempura, luego la pasan unos minutos por aceite de sesamo hirviendo.

La realidad supera con creces la ficcion.

jueves, 23 de junio de 2011

Aventura contemporanea

Cuando uno lee Dersu Uzala [Vladimir Arseniev] se imagina en medio de la taiga... bien lejos... al este de Rusia, cerca del rio Ussuri, frontera con China... fantasea con vivir increibles aventuras, durmiendo en improvisados refugios, pescando con metodos primitivos, oteando el horizonte intentando adivinar el clima, cazando seguro a caballo... entregado completamente a la naturaleza salvaje.

La realidad contemporanea es bien diferente.

La aventura contemporanea comienza a eso de las 6:30 de la mañana, siempre hora local. Siempre con una buena ducha, cuidado de mojarse el pelo que luego tarda mucho en secarse. Aseo diario. A lo que sigue un vistazo rapido al correo [no del zar], esperando la confirmacion de la reserva del vuelo que despega en seis horas y media, este uno en la puerta de embarque o no. A eso de las 7:15 y sin noticias de la compañia en la que se ha depositado toda la confianza, empieza a desayunar [sin tener muy clara su salida del pais, direccion Seul]. Siempre te pakistani con leche y Cosmostars, alimento de campeones. Con calma termina de hacer la mochila y para las 8:05 esta esperando en la parada averiguada, el bus numero 58 que en tan solo diecisesis minutos le transporta hasta la estacion del ferrocarril. Alli y de nuevo confiando en los hados, espera encontrar otro autobus, que posiblemente tenga otros treinta y cinco años, con el numero 107 en la ventanilla del conductor. Dicho transporte en cincuenta y cinco minutos deberia llegar al aeropuerto.

Y lo haya. Para el turista contemporaneo no hay secretos.

Pero el aventurero contemporaneo necesita emociones, asi que el conductor del autobus decide solicitar al maximo el motor de su maquina y ademas permitir subir al doble de personas que caben en el vehiculo, incluso cree conveniente ir, a gusto del turista contemporaneo, excesivamente rapido, durante 15 kilometros por una carretera en construccion que no tiene el firme compactado [el turista contemporaneo, por lo general, esta versado en firmes].

El aventurero contemporaneo huele a quemado y empieza a cabilar el motivo.

Sin hablar ni una sola palabra de ruso, comprende, cuando la gente baja desaforadamente del autobus, que algo no va bien. Como es intrepido, caracteristica fundamental, se lanza a preguntar en ingles las diversas posibilidades que tiene de llegar al aeropuerto. Afortunadamente, nadie habla ingles, lo cual sazona de inquietud el espiritu del aventurero contemporaneo. El resto de los pasajeros, que ha solicitado amablemente la devolucion de sus [al cambio] dos euros y medio, se va montando en taxis, coches, autobuses con muchos numeros y otros vehiculos, siempre motorizados.

El heroe contemporaneo, que tambien solicita la devolucion del importe abonado [siempre sospechando que dos euros y medio era poco dinero por 42 kilometros] se situa detras de una joven con rasgos orientales esperando, que ya que compartia autobus, se dirija como minimo al mismo destino. Siempre salpimenta lo que le rodea con ideas propias e invenciones. Si el heroe contemporaneo esta distraido, la joven rusa cuando menos esta perdida. El heroe contemporaneo escucha en la lejania alguna palabra parecida a aeropuerto y encamina sus pasos hacia ese lugar. Comprende que el vehiculo desde donde procede el rumor, no va hacia al aeropuerto pero barrunta que se detendra cerca, gracias al movimiento afirmativo, ascendente descendente de la cabeza del conductor.

El invalido contemporaneo mira el reloj del autobus, posiblemente mas antiguo que el anterior y seguro procedente de japon, y respira tranquilo [ironia], las 09:45. Empieza a cabilar y a hacer numeros, velocidad estimada, distancia entre el punto A y el B, hora estimada de llegada, gasto de combustible, no hay confirmacion de reserva, trafico actual, paradas realizadas, valoracion de paradas futuras, recalculando, sigue sin haber una impresion seria de la confirmacion de la reserva.

Un gentleman ruso, sentado detras, se interesa por su situacion en un ingles primitivo. Tras la conversacion, el invalido contemporaneo, respira aun mas tranquilo [ironia], su interlocutor se dirije al aeropuerto y ademas en el mismo vuelo. Para el invalido contemporaneo los minutos pasan demasiado rapido y a las 10:46, todavia no ve la luz al final del tunel. Despues de 4 semanas sabe, digamos, poner sonidos a los signos rusos y lee en un cartel azul aeroport 4 y una gran flecha hacia la izquierda. El futuro es prometedor y las ideas felices se agolpan en su cabeza, para el heroe contemporaneo no hay secretos.

El autobus sigue recto.

Las 10:55, el invalido contemporaneo baja del bus y de nuevo, el antiguo interlocutor le reta a entender ingles. Menos mal que los movientos repetidos de la mano en todas las direcciones significan vente conmigo que tengo un amigo esperandome en el edificio de madera aqui cerca que nos va acercar hasta el aeropuerto en un RAV4 mientras escuchamos los ultimos exitos de los 40 principales. El invalido contemporaneo decide montarse en el desconocido RAV4 con los dos desconocidos escuchando el desconocido exito.

El invalido contemporaneo llega al check in, 10:59, enseña el pasaporte a seis personas, se quita las zapatillas otras tres, pasa por cuatro arcos de seguridad. Enseña un papel irrisorio con cinco letras a una amable señorita que si habla ingles y a cambio le dan un billete de avion. Atonito enseña el pasaporte a otra señorita. Ya esta en condiciones de abandonar la madre patria, limpio, aseo y afeitado.

El desconocido aparece en la sala de espera del aeropuerto y desea obtener informacion. Recibe las aclaraciones pertinentes. Intercambio. El invalido contemporaneo quiere saber. El desconocido ofrece las explicaciones requeridas; piloto de helicopteros, viaja a Singapur y pilota, como no podia ser de otra forma, el clasico Kamov. No hay secreto inexpugnable para el invalido contemporaneo.

Totalmente estupefacto en la unica tienda del aeropuerto, mientras espera el ambarque [y despues de haberse despedido pues el heroe contemporaneo procura no ser pesado nunca], observa una matrioska de Vladimir Tupin. Todo,al fin, ha merecido la pena.

13:00, con exactitud suiza el avion despega, al lado del heroe contemporaneo, un norteamericano mormon, de origen guatemalteco, saltador de pertiga, de mision en Rusia cuyo visado a caducado, que ha cambiado el asiento con el compañero original, comienza una amena conversacion, para mejorar su español [que durara dos horas y diez minutos], solo interrumpida por el aperitivo. En ningun momento intenta convertir al aventurero contemporaneo.

Inimaginablemente el aventurero contemporaneo compra un abono para el transporte publico de Seul una hora despues del aterrizaje, ayudado por cuatro mormones estadounidenses, de mision en Rusia con el visado caducado, en un comercio sacado directamente de un dibujo animado por tan solo 10.000 wones, gracias a ellos ahorra 8500 wones.

Por supuesto el aventurero contemporaneo viaja con chica, no existiria odisea sin fraccion femenina. Mientras el invalido contemporaneo trataba de llegar presto al aeropueto, ideando planes alternativos, valorando diferentes soluciones a contrareloj, intentando comunicarse... en definitiva luchando contra el poderoso destino, la heroina contemporanea dormia placidamente en todos y cada uno de los medios de transporte solicitados en el transcurso del dia.

A pierna suelta. No hay secretos para la aventurera contemporanea.

lunes, 20 de junio de 2011

Poesia contemporanea

Lenin, en Moscu, sobre carriola, duerme satisfecho de su proletariado,
a cualquier iAparato, segun mi iHumnilde opinion,
presto acomete las horas
procurandose informacion.

Queda claro que paces por la URSS cuando para desayunar
compras cereales de marca popular
y sorpresa, no se apellidan estrellitas,
se llaman cosmostars.

Por la ciudad, la grandeavenida
en llegando, se cruza por debajo,
turbado, pasas todo el dia, peldaños pararriba
escalones parabajo.

En la ultima andadura del transiberiano
enristrada ya, la no albar estepa,
saludamos con la mano,
sin tener la absoluta certeza
de porque el papel de baño
aparece sin agujero, que pereza.

lunes, 13 de junio de 2011

Transiberian Railway

El joven y audaz Eliseo [ЗЛИСЗО en Cirilico] se levanta por la mañana y despues de una mesurada ducha se viste apresuradamente ya que llega tarde a los mas precisos trenes que jamas haya tenido el gusto de tomar. Saca una bolsa que contiene la ropa interior de su mochila. La premura le hace decidir sus mas osados calzoncillos... Tipo? boxer, es decir de pata. Color? azul marino. Estampado? el increible hombre araña. Situacion del estampado? en la parte delantera. Tamaño? demasiado grande, cree.

Continua vistiendose sin tino, puesto que la celeridad nunca fue buena consejera. No se percata de la situacion de sus paños menores ya que en su mente solo existe una desazon recurrente; tres dias con sus tres noches en un tren, tercera clase, sin ducha por supuesto, en un vagon de 54 catres.

Incluso siente pena por no poder superar los 66 camastros de Copenhague, lastima.

A continuacion abandona la habitacion alquilada, en un cuarto piso, sin ascensor, de una calle cualquiera de Kazan. Proxima parada Irkush, a mitad de trayecto dejara Europa para entrar en Asia. Ultima comida? pasta a la carbonara. Cantidad? 500 gramos de tortiglioni, 220 gramos de bacon, 1 cebolla, 4 huevos, 100 gramos de parmesano y 50 ml de aceite de oliva Carbonel. Hora de la comida? 21:43 del dia anterior

Tras caminar unos 43 minutos llega a la estacion de la citada ciudad y sube al ferrocarril.

Se sienta en su sitio. Para ello solo ha tenido que encontrar el vagon que indica su billete, enseñar el pasaporte y recoger las sabanas limpias que no muy gentilmente le ofrece la auxiliar. La gente cuando pasa le mira sin ningun tipo de disimulo. No tiene muy claro el porque.

Pasa las primeras horas viendo minisculos pueblos de casas de madera, demasiado ajada, con cubierta mansarda de uralita con los recercados de las ventanas pintados de azul, desmesurados e increibles prados de pastoreo, enormes ciudades industrales de hormigon y hierro, que seguro, ya pasaron sus ilustres años y enormes y extrañas torres de alta tension, que por leer el Quijote le recuerdan impresionantes gigantes en procesion.

Sigue sentado, le embelesa el paisaje.

Se levanta a pasear por los 24 metros del vagon. Le fascina el panorama. Niños corriedo por el estrecho pasillo gritando en ruso o ucraniano o checheno, adolescentes que vuelven del servicio militar, adultos con desproporcionadas y sospechosas valijas, centenarias abuelas, que aunque seguro no lo son, lo parecen...

Se vuelve a sentar, vuelve a embelesarle el paisaje.

Accina el tirador de la ventana. No consigue abrirla. Mira a su alrededor y ante la imposibilidad de preguntar o por pereza de preguntar da por finalizada su osadia.

Siente hambre.

Para comer y siguiendo las instrucciones de otros viajeros que hacen el mismo recorrido pero en sentido contrario [con los que hablo en San Petersburgo], rellena con agua hirviendo un envase comprado en el market al irrisorio precio de 27 rublos y 29 copecs. Al cabo de cinco minutos degusta un plato de curiosos, cuando menos, fideos con sabor a no sabe muy bien que [aunque en el envase aparece una foto asombrosa de carne de ternera humeante].

Despues y de forma similar se prepara un te con miel mientras devora las aventuras del hidalgo Don Quijote, ya denominado en esos capitulos, el caballero de la triste figura.

Se levanta no sabe muy bien con que proposito. Despues de 15 minutos sin descubrir el misterioso objetivo dedice sentarse.

Observa lo que sucede a su alrededor... quietud.

El crepusculo le cautiva.

A eso de las 10:25, siempre hora de Moscu, comprueba un moviento singular en el gentio que le rodea. Deja de levitar. Sin lugar a dudas se acerca la hora de dormir. En un momento las luces se apagan. El proletariado apagada sus iphones, ipods, ipads, itouchs e incluso iclouds... y una calma solo rota por el traqueteo del tren se apodera del vagon.

Primeros ronquidos salvajes, le siguen estertores de muerte, prosigen estruendos... el fin del mundo se aproxima directamente desde algun compartimento cercano.

Intenta conciliar el sueño.

Intenta dormir.

Mira al techo. Se da por vencido.

Sale el sol

El rejuvenecido [gracias a una noche de perfecto descanso] y quizas aristocratico en sus formas, hasta ese momento, Eliseo, que como ya sabemos es hombre de costumbres, urgencia, nota que necesita ir al baño. Como es hombre de costumbres, sanas costumbres, duerme desnudo. Se viste su calzoncillo.

El envejecido y muy cansado Eliseo sin recordar por supuesto la calidad de la prenda seleccionada, baja de su camastro, y pasando [paseandose] por el pasillo que une los 9 departamentos [suman 54 catres, a 6 por camarote] luce sus gallumbos del hombre araña, siendo ahora consciente de su desacertada eleccion matutina.

Es, quizas tarde para una retirada. Morira con los calzoncillos puestos.

jueves, 9 de junio de 2011

Rollos analogicos

En un lugar de La Rusia de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que transitaba un ilustre caballero, de los de lapiz en astillero, cartapacio antiguo, rocin averiado y jamon serrano. Una olla de algo mas borraja que carnero, frutisabrosa las mas noches, duelos y quebrantos los sabados, lentejas los martes y algun piscolabis de añadiduria los domingos, consumian las 3 partes de su hacienda. El resto della concluiyan pantalon de pana, calcetines de color para las fiestas, con zapatillas de gimnasia y los dias de entre semana se honraba con su chandal de lo mas fino. Frisaba la edad de nuestro fidalgo los treinta años, era de complexion recia, seco de carnes, barbucio de cara, gran madrugador y amigo de las serranias.

Cuando empezo el viaje tenia mi camara analogica cargada con un rollo... habia disparado 6 veces, señal inequivoca que de que habia rollo.

Era un carrete ISO 100 creo que Ilford. Me gusta Ilford.

La primera fotografia analogica que hice en el viaje, fue en Turcu, en el barco que nos llevo a Finlandia desde Estocolmo. Empece a usar la camara esos dias para ir tomandole el pulso al blanco y negro y al objetivo fijo de 50mm, digamos que con un objetivo fijo solo se puede instantanear lo que aparece por el visor, no hay zoom. Hasta hoy que he seguido tratando de encontrarle el punto a la camara.

Esta tarde paseabamos a lo largo de un recorrido recomendado por una guia de cuyo nombre no quiero acordarme. Pasaba la ruta por el Kremlin. Despues se desviaba por la isla de Bolotnaya pasando varios puentes, direccion sur recorria una serie de parques, Iskusstu Park y el mitico Gorky Park de la cancion de Scorpions, al lado siempre del meandro que forma el rio Moscova. Posteriormente transitaba por una senda ecologica [a esas alturas de pateada, la senda era un trekking] que te lleva directamente hasta el increible e indescriptible edifico de la universidad, quizas el edificio mas grande que he visto nunca y que domina Moscu desde el año 53 [una de las siete hermanas de Stalin].

Mirando el plano de la guia, sin leer, 2 horas... la realidad 7 horitas [eso si, de inmeso placer].

A la altura de Gorky Park habia unos pedazo de trozos de tios con mas musculos que Arnold haciendo Parkour en una escalera demasiado alta, de un impresionante puente que cruza el rio Moscova. Como no podia ser de otra forma saque mi analogica, mitica FM2 de Nikon [regalada], he hice mis ultimos 3 disparos. Cautelosamente gire la rueda plateada en la parte superior del cuerpo de la camara para volver a meter el rollo dentro del carrete y asi sacarlo sin que se velara ninguna instantanea.

Di vueltas y vueltas y vueltas y mas vueltas, pase Gorky Park dando vueltas, y mas vueltas y por mas vueltas que di... no habia carrete. No hay carrete desde hace 3 meses.

A donde habran ido las fotografias que tome este ultimo mes?

domingo, 5 de junio de 2011

San Petersburgo y Moscu o viceversa

Por San Petersburgo hemos parado en el Cuba Hostel, un tercer piso de un edificio destartalado que se caia a pedazos. Las escaleras iban cambiando de altura segun subias o bajabas, con el pasamanos roto y arreglado con barras de hormigon, las camas de muelles [de los que se te clavan a muerte] y las puertas que no cerraban. El suelo del pasillo iba en rampa segun cedia el forjado y la cocina antiguamente era el salon y el hall de las habitaciones, la antigua cocina. Dormiamos ocho en una habitacion; un escalador piloto de aviones chileno [demasiadas risas], una pareja de Holanda que tocaba el banjo y un piano en lugares de menos de 1 metro cuadrado [el media 190 centimetros, ella 90, buenas risas], una argentina jovencita que viajaba sola por Europa [agradables risas] y una pareja de japoneses [que todo lo que les decias, te lo repetian sonriendo, que decir]. El ambiente, increible.

Pues asi era San Petersburgo, decadente total, pero un ambiente, increible.

Por Moscu esta moda alquilar habitaciones de la casa de uno y hacer un hostel familiar. Y aqui que hemos dado con nuestro culo en el Day and Night. Nos alojamos en casa de cuatro rusas que se van turnando de a dos. Es decir que todo el dia hay rusas en casa. No comentare como son/estan las chicas de este pais. Pero me gusta estar en casa, mucho. Hemos perdido el estar en un hostel con mucha gente, dormir poco, cocinas desastrosas y aseos por los pasillos, pero, hemos ganado colchones increibles [llevamos una media de diez horas de cama al dia], aseos perfectos, ambiente encantador, limpieza y cocinas de Ikea con refrigerador lleno de pepsis. Aunque no hay mucho moviento de viajeros internacionales, es un ambiente selecto y familiar

Me gustaria decir que asi es Moscu, y asi es. Aunque se nota que seguimos en Rusia.

Hoy hemos visitado la momia de Lenin... se nota que seguimos en Rusia.

viernes, 3 de junio de 2011

Aqui no hay polvorones

Hoy, en vista de que por estas tierras de la madre patria casi nadie habla ingles, al encontrarnos a alguien que si lo hacia no he podido dejar de preguntar por las grandes cuestiones que preocupan a la humanidad.

A saber: Es la ensalada rusa un plato tipico ruso? e incluso, se come ensalada rusa en Rusia? es la montaña rusa una atraccion rusa? y la ruleta rusa? Son los polvorones originarios de la estepa? Cuanto ruso hay en Rusia?

Fundamental.

Son preguntas que carecen de dificultad con mi nivel de ingles, jua jua jua. But he podido obtener jugosos resultados. La montaña rusa se llama montaña americana. La ruleta rusa debe ser un juego tipico de aqui, porque se llama igual. Por supuesto, se come ensalada rusa pero se llama /olivier/, segun he entendido es una palabra francesa. Y lamentablemente los polvores de la estepa no son de la estepa, segun me ha dicho se hacen en Sevilla. No se les escapa una.

140 millones de rusos, pocos teniendo en cuenta, la guerra que dan, dieron y daran.